4- PRESENTACIONES

CAPITULO 4

Presentaciones

Nunca había visto nada parecido, Susanna estaba alucinada. La playa en la que había estado por la mañana había desaparecido, dando paso a un lugar totalmente diferente. Había muchos globos, los chiringuitos los habían decorado. A lo largo de toda la playa habían dispuesto una especie de toldos, debajo de los cuales había mesas de madera con refrescos y comida variada.

Había una zona que destacaba sobre el resto. Había un dosel con telas bancas que caían libremente. Debajo, justo en el medio, había una hoguera, rodeada de muchos de cojines. En las cuatro esquinas había pequeñas mesitas bajas de madera con comida y bebida. Para acceder a esa zona había puesto, a modo de camino, antorchas. Era precioso, pero tenia pinta de ser una zona restringida, y no se equivocaba.

-Es la hoguera de Sophi y su tropa… nadie que no haya sido invitado personalmente por ella puede pasar…- Le explicó Lucia, que se había percatado del asombro de Susanna respecto a esa zona.

-No sé porque, pero ya me lo suponía que algo tenia que ver con Sophi…jajaja

-¡Chicas! ¡Ei! ¡Venid!- Era Lucas, que las llamaba desde al lado de una hoguera.

-Si, será mejor que vayamos si no nos queremos quedar sin sitio.-dijo Lucia y acto seguido fueron hacia donde estaban los dos chicos junto con otro grupillo de gente, que Susanna pensó que serían gente del instituto.

-¡Susanna! Como eres la chica nueva…te toca pasar los momentos vergonzosos- La dijo Tony pasándola el brazo por los hombros, con total confianza. Cualquiera diría que se acababan de conocer hacia escasa media hora.

-¡Tony! Pobre chica, no la asustes- dijo una chica, acercándose a ellos y golpeando levemente a Tony en el pecho, obligándole a echarse hacia atrás.- Soy Andrea, encantada.- se presentó la chica, dándole dos besos.- No hagas mucho caso a este pánfilo, mucha boquilla pero al final inofensivo.

Andrya era una chica bajita, no mediría mucho más de metro y medio, bastante mona debido a los rasgos latinos que destacaban mucho en ella. Tenía el pelo rizado y corto, hoy recogido en dos altos moños. Se la veía una chica que se arreglaba mucho. Tenía los ojos muy negros y maquillados de tal forma que llamaban la atención aun más. Algo que destacaba mucho en ella era su sonrisa, tenía unos dientes perfectos, pero de esos que ya casi no ves nunca. Iba vestida con un “pichi” de un vaquero desgastado debajo del cual llevaba una camiseta blanca con el dibujo de un tiburón que estaba escuchando música. En los pies llevaba unas sandalias bajas romanas. También llevaba una tobillera de hilo de la cual colgaba una media luna.

-¡Y yo soy Collin! ¡Encantado! – dijo un chico acercándose a ella y dándola cuatro besos.

-¡Collin! ¿4 besos? Jajajaja Nos la vas a espantar… Discúlpale, da 4 besos porque es francés y vivía en Yonne, Borgoña, y allí para saludarse y esas cosas se dan cuatro besos. Siempre le decimos que no de 4 besos…que la gente que no le conoce se va a extrañar…pero ¡Ni caso! Soy Marina, encantada. – Ella si que la dio simplemente dos besos.

Era verdad, cuando Collin la había saludado con cuatro besos, Susanna se había quedado un poco extrañada. Era un poco raro que te diesen 4 besos para saludarte…

Collin era bastante alto, muy rubio y con el pelo corto. Tenía los ojos de un azul cielo, que llamaban la atención a kilómetros de distancia. Estaba bastante cuadrado, o eso parecía. Llevaba una camiseta negra de manga corta con unos dibujos abstractos en la manga izquierda, luego tenia unos pantalones blancos cortos, que parecía, si no lo era, un bañador…y, finalmente unas chanclas. Una cosa que le llamo a Susanna la atención fue una pulsera de cuero que llevaba en la mano derecha…aparentemente una pulsera normal, pero también tenía dibujada una media luna. Collin tenía pinta de ser el típico chico ligón, que tenia a todas las chicas que quería y si alguna no iba detrás de el, se la ganaba… pero era normal, era muy guapo, destacaba sobre el resto de chicos.

Marina, en cambio, era más normal, físicamente hablando. Era también alta. Tenía el pelo castaño, liso y largo, lo llevaba recogido en una coleta alta. Y su morena cara estaba rapada por un flequillo lateral. Tenía los ojos castaños y los llevaba un poco maquillados; línea de ojos, rímel y un poco de sombra color siena, simple pero destacando. Era bastante delgada, o igual la ropa la hacía más delgada aún. Iba vestida con una falda alta blanca y una camiseta básica de tirantes azul, con un escote redondo. En los pies llevaba unas sandalias tipo chancla, blancas y con unas tiras plateadas. En el cuello, un colgante con una media luna de madera.

-Bueno, yo soy Ángel, encantado- se presento otro chico, al cual Susanna no había visto antes, que había salido como de la nada- Bienvenida a la ciudad.

Ángel tenía pinta de ser un chico muy serio… le recordaba muchísimo a un compañero de su antiguo instituto, Mario. Mario era muy parecido a él, serio y educado. En el físico también se parecían. Ambos de estatura normal, de pelo y ojos castaños.

Mario era demasiado responsable para tener la edad que tenia, con 17 años la gente no se preocupaba únicamente por cumplir las normas, por estudiar, trabajar y ayudar. A los 17 a la gente también le gustaba estar con los amigos, salir de vez en cuando, aunque fuese a dar una vuelta, ir de bares, ir a la piscina, al cine, a fiestas… pero no, a Mario todas esas cosas no le gustaban, solo salía de vez en cuando había algún cumpleaños y era casi obligado a ir. Era majo, pero un poco raro.

Susanna se preguntaba si el tal Ángel seria igual a Mario, si sabría lo que se estaría perdiendo siendo tan serio y responsable, Mario cuando se había dado cuenta había sido demasiado tarde… Susanna esperaba que Ángel no fuese así.

Ángel llevaba pantalones vaqueros, y una camisa blanca, un poco desabrochada que dejaba ver un pequeño tatuaje de una media luna en su pectoral derecho. No, no podía ser como Mario, Mario nunca se hubiese hecho un tatuaje…

-¡Bueno, chicos! Luego seguimos con las presentaciones, pero vamos a donde la plataforma, nuestra Sophi va a decir algo- dijo Lucia, casi al mismo tiempo que agarraba a Susanna de la mano y salía corriendo, tirando de ella.

-¡Chicos! Por favor, un poco de atención. – Dijo Luz, con su tono de voz característico, desde encima de la plataforma- Sophi va a dar comienzo a la fiesta.- La pobre Luz intentaba que la hiciesen caso, pero todo el mundo pasaba de ella- ¡Chiiicos!

Luz grito, pero con la tan mala suerte que si ya su voz era insoportable la salió un gran gallo, pero eso sí, todo el mundo se cayó y miro hacia ella, la pobre se puso tan colorada como su camiseta, una camiseta de color rojo chillón. Totalmente roja se apartó y dejo el micrófono a Sophi.

-Bienvenidos un año más a esta grandiosa fiesta, que como todos sabéis subvenciona mi “daddy”. Este año hemos intentado que tenga mejor decoración y mejor sonido, pero ha habido algún técnico inútil que no ha sido capaz de instalar los grandes altavoces que teníamos pensado, asique os tendréis que conformar con la música un poco más baja, pero tranquilos mi “daddy” ya se ha encargado de despedir al técnico para que no vuelva a estropear nada. Como todos los años, yo, Sophi, la gran Sophi, debería decir un discurso, pero he decidido que ya que tenemos una nueva compañera en el instituto… ¿qué mejor que presentárosla a todos y que ella diga unas palabras? Susanna, sube.

Susanna se había quedado a cuadros. ¿Subir? ¿Ella? Sophi claramente estaba loca. Ella, Susanna, la chica mas vergonzosa en toda la faz de la tierra. Susanna no pudo huir ya que las amigas de Sophi fueron a buscarla y la obligaron a subir. Allí estaba Susanna, en frente de muchísima gente, delante del micrófono, roja como un tomate, mirando al suelo y sin saber que decir. Solo quería salir corriendo de allí.

-Ho…ho…hola...- dijo por fin, pero no pudo continuar, se escucho un  “PUM”. Y algo vino a la cabeza de Susanna, esa fiesta, la situación era muy parecida, ese día a ella le tocaba hablar en nombre de la clase.

Lucia subió a su rescate al ver que Susanna estaba en shock.

-¡¡Hola!! ¿Qué tal estáis?- pregunto Lucia- Esta es Susanna, es nueva y por si no recordáis, muchos de vosotros cuando llegasteis también erais tímidos, asique entendedla, acaba de llegar, no la podemos poner a decir un discurso… ¿o me equivoco? – Lucia estaba salvando la situación y encima estaba dejandola mal, a la cruel pija de Sophi, por haber mandado subir a Susanna.- ¡CHICOS! ¡CHICAS! ¡Que comience la fiesta!- dicho esto empezó sonó el petardazo que daba comienzo a la fiesta, la última fiesta del verano.

Primera canción Summer love de David Tavare.

La gente empezó a bailar, a moverse, a comer. Las hogueras estaban ya encendidas, la fiesta había empezado. Todo el mundo parecía haberse olvidado del pequeño problema de Susanna, ahora solo valía divertirse. Pero, no todo era diversión, desde un lado de la playa, oculta tras unas palmeras, alguien había estado observando todo…

-Uy Susanna, Susanita… ¿Te trae malos recuerdos? Y tú que pensabas que mudarte solucionaría todo…